viernes, 13 de noviembre de 2015

CONQUISTA DE TÚPAC YUPANQUI


CONQUISTA DE TÚPAC YUPANQUI 


Los ejércitos inca y la mita guerrera 

En los inicios del dominio inca, los ejércitos se formaban solo cuando las cosechas estaban guardadas en los almacenes y los soldados marchaban acompañados por sus mujeres, a las que los españoles llamaban rabonas, quienes se ocupaban de sus hombres, de su alimentación y de curar sus heridas. 

Más adelante, con la expansión territorial, se hizo imposible conservar estas prácticas tradicionales y, a través de la mita guerrera, se crearon los ejércitos regulares. Este sistema permitía formar tropas para conquistar regiones lejanas como Charcas, Chile y Ecuador. Los soldados se ausentaban por años y muchos de ellos no retornaban nunca a sus pueblos. 

Túpac Yupanqui organizó sus ejércitos por escuadrones, según sus orígenes y las armas que portaban, marchando con capitanes de su misma etnia. Los había portadores de macanas, hondas, porras, estólicas y otras más. No faltaban los instrumentos musicales como tambores, trompetas de caracoles marinos y flautas. Los soldados iban vestidos de acuerdo con las costumbres de sus pueblos de origen, lucían penachos y plumas y llevaban patenas de cobre, plata u oro, según sus jerarquías en el ejército. En algunas regiones, se pintaban el rostro. Al iniciar el ataque cantaban y gritaban para sembrar el espanto en el bando enemigo. Cuentan los cronistas que la gritería era tal que "los pajarillos del campo caían al suelo aterrados". 

Una de las primeras conquistas del joven Túpac Yupanqui fue dirigirse a Chincha, donde poco tiempo atrás el general Cápac Yupanqui había realizado una primera incursión a la zona y había logrado el reconocimiento de la soberanía cusqueña. Además, había obtenido ciertas ventajas como la edificación de un aclla huasi con su dotación de mamaconas que confeccionaban textiles y bebidas para cubrir las necesidades de la reciprocidad y del culto, además de la construcción de una casa, llamada Hatun Cancha, para la administración inca. 

La llegada de Túpac Yupanqui confirmó los lazos de reciprocidad con los chinchanos y el Inca solicitó mayores tierras estatales. Los curacas locales preferían aceptar los términos de la reciprocidad que aventurarse en una guerra, que probablemente perderían y que estropearía sus trueques. Ese método explica la rápida expansión inca, ya que con frecuencia la sola presencia de las tropas cusqueñas era suficiente para la anexión de las macroetnias al Imperio Inca o Tahuantinsuyo. Sin embargo, aunque el sistema favoreció el rápido crecimiento del estado incaico, fue también un factor determinante de su fragilidad, pues bastó la aparición de las huestes de Pizarro para eliminar el tenue lazo formado por la reciprocidad entre las autoridades étnicas y los soberanos incas. 

La conquista de Guarco 

En el siglo XV, el curaca de Guarco era reconocido por su belicosidad. Su valle estaba defendido por varias fortalezas y por una muralla envolvente que dificultaba cualquier agresión. 

Los ejércitos incaicos habían seguido la ruta desde la sierra por el cauce del río y habían obtenido con facilidad la rendición del pequeño señorío de Lunahuaná. Diferente fue la actitud de los Guarco, quienes resistieron durante tres o cuatro años. En este ataque es posible observar las primeras estrategias incaicas que seguían un patrón poco efectivo, pues solo combatían en invierno por temor al calor del estío. Ese método permitía a los costeños rehacerse y consolidar sus posiciones. 

Cuentan los cronistas que la jefe de los Guarco era una mujer muy hermosa y sus coqueteos dieron celos a la colla, que pidió al Inca que dejara en sus manos el dominar a los rebeldes. 
Divertido, el soberano accedió a ello. La colla envió una embajada a la curacaasegurándole que quedaría en su puesto y solo le pedía celebrar una gran fiesta en honor de Mama Cocha, el mar. Cuando todo el pueblo se hallaba en alta mar, los soldados incaicos entraron sigilosamente en Guarco y se apoderaron del señorío. 

Túpac Yupanqui entra en Pachacámac 

El joven co-regente inca llegó con sus tropas a Pachacámac, pero se acercó al santuario como un peregrino y después de un largo ayuno, el oráculo consultado le profetizó triunfos y numerosas conquistas. A pesar de su devoción, el príncipe ordenó la edificación de un templo dedicado al Sol que llamó Punchao Cancha o Recinto del Día, para contrarrestar la influencia del dios Pachacámac, dios de la Noche y de las Tinieblas. El templo debía ser más alto que el viejo santuario costeño para demostrar la superioridad del Sol. Los sacerdotes no tuvieron más remedio que acatar la voluntad del Inca.

Expansión hacia el sur 

Después de un tiempo, el joven Inca decidió probar su suerte en la región selvática, quizás para asegurarse el abastecimiento de la producción de coca. Para ello dividió sus efectivos en tres ejércitos y con gran esfuerzo se adentraron en la selva amazónica en plan de conquista (Sarmiento de Gamboa, cap. 49). Según el cronista, los habitantes del Collasuyo aprovecharon de los rumores que Túpac Yupanqui había muerto para sublevarse. 

Avisado Túpac de la situación, salió apresuradamente de la selva para marchar contra los collas. Después de sofocar los disturbios y estando en Charcas con un lucido ejército, se dirigió a Chile para conquistar la región sureña. Pasaron unos años y regresó Túpac al Cusco triunfante. En Paucartambo lo aguardaba su hermano Otorongo Achachi, a quien dejó en la selva para que apaciguara la región e implantara la organización cusqueña. Juntos hicieron su victoriosa entrada al Cusco.



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